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Infonavit: ¿Catalizador de la vivienda o un retroceso en su propósito original?

La reforma que permite al instituto construir viviendas enfrenta críticas por riesgos operativos y financieros, mientras propone innovaciones para un acceso más equitativo.

Por Mtro. Carlos Corral Serrano

Director Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Urbanistas

contacto@amu.org.mx

 

La reforma a la Ley del INFONAVIT ha generado un intenso debate en México. Mientras promete transformar el acceso a la vivienda, también despierta preocupaciones sobre un posible retroceso en su misión original. Entre las medidas más destacadas está la facultad del instituto para construir y arrendar viviendas, una propuesta que busca reducir el déficit habitacional, pero que también enfrenta desafíos operativos y financieros.

Construcción de vivienda por el Infonavit: ¿Un paso atrás?

La posibilidad de que el Infonavit regrese a ser constructor y arrendador de viviendas ha levantado preocupaciones. Aunque el objetivo es atender la creciente demanda habitacional y ofrecer alternativas accesibles, críticos argumentan que esta medida podría desviar al instituto de su propósito principal de facilitar el acceso a créditos para vivienda. Además, el regreso del Infonavit como constructor recuerda experiencias del pasado en las que los costos eran más elevados y la operación carecía de eficiencia.

Innovaciones en el acceso al crédito

La reforma incluye elementos innovadores que podrían transformar el mercado de la vivienda en México. Una de estas propuestas es la posibilidad de otorgar créditos para adquirir terrenos destinados a vivienda. Estos terrenos deberán estar regularizados, contar con servicios básicos y uso de suelo autorizado, y ubicarse cerca de equipamientos urbanos esenciales como escuelas y centros de salud. Este enfoque, vinculado al crédito para construcción, fomenta políticas de redensificación urbana y regularización del suelo, elementos clave para un desarrollo sostenible.

Otra propuesta relevante es la autoproducción social de vivienda, que permitiría a los derechohabientes diseñar y construir sus propias casas con apoyo técnico certificado. Este esquema busca garantizar la calidad de las construcciones mediante el cumplimiento de normas de seguridad, sustentabilidad y diseño arquitectónico. Para ello, se sugiere incluir el costo de la asesoría técnica dentro del monto del crédito, facilitando su acceso y promoviendo mejores resultados.

Un tema controvertido es la posibilidad de otorgar créditos a derechohabientes no activos, como aquellos que han perdido su empleo temporalmente. Si bien esta medida podría beneficiar a sectores vulnerables, también plantea riesgos significativos para la recuperación crediticia y el incremento de la cartera vencida. En este contexto, se subraya la necesidad de establecer reglas claras que limiten su aplicación a casos específicos y bajo condiciones previamente definidas.

Por último, se destaca la importancia de establecer reglas de operación claras y transparentes para cada nuevo programa antes de su aprobación por el Consejo de Administración del Infonavit. Este enfoque garantizaría una ejecución ordenada, evitando abusos y maximizando el impacto positivo de las reformas.

Riesgos y retos por enfrentar

La implementación de esta reforma enfrenta diversos retos. Por un lado, la entrada del Infonavit como constructor podría alterar la dinámica del mercado inmobiliario, afectando a desarrolladores privados y generando tensiones en el sector. Además, el regreso del instituto a esta función exige una operación altamente eficiente y transparente para evitar los errores del pasado. Por otro lado, la viabilidad financiera de las propuestas, especialmente en lo que respecta a créditos para derechohabientes no activos, dependerá de un manejo responsable de los recursos y de una supervisión estricta.

Conclusiones

La reforma a la Ley del Infonavit podría marcar un antes y un después en la política habitacional de México. Sin embargo, su éxito dependerá de una implementación cuidadosa que priorice la misión original del instituto como facilitador de crédito para vivienda. Es fundamental profesionalizar los procesos de autoproducción, incorporando asesorías técnicas certificadas que garanticen construcciones de calidad. Asimismo, se requiere fortalecer la colaboración entre el sector público y privado para complementar esfuerzos en lugar de competir de manera desleal.

La transparencia y la rendición de cuentas serán elementos clave para evitar prácticas corruptas y asegurar el uso eficiente de los recursos. Con los ajustes adecuados, el Infonavit podría convertirse en un verdadero catalizador de vivienda digna, beneficiando a millones de trabajadores y contribuyendo al desarrollo urbano sostenible del país.