Construnotas Acapulco la Red

Farallón del Obispo —El Morro—

Esta pequeña isla da un toque característico, distintivo y misterioso a los paisajes de Acapulco.

Por Jesus Aguirre Galán

Por el año de 1663, un fuerte temporal golpeó las costas del ahora Guerrero, y no sólo destruyó el campamento militar y de pescadores, que se asentaba en una pequeña parte de tierra firme, sino que dañó a varios bergantines que buscaban refugio ante el mal tiempo.

Motivado por su fe y apoyado por varios moradores de lo que sería Acapulco, el sacerdote Olaguibel, acompañado por dos valientes fieles, llegó en una sencilla embarcación —pese al severo clima—, al islote más cercano, y desde ahí rezaron para que cesara la iracunda tormenta. Y, así sucedió poco tiempo después; la incesante lluvia se fue y volvió el radiante sol. 

Sin embargo, al intentar regresar a tierra, el bote naufragó y sus tres ocupantes murieron. Ese montículo enclavado en la bahía fue nombrado por ello, Farallón del Obispo, aunque popularmente se le conoce como “El Morro”, de acuerdo con los documentos antiguos que ha recopilado el ex regidor Javier Morlet Macho, que así preserva la historia de Acapulco y sus riquezas.

Dentro de los atractivos turísticos, es claro que “El Morro”, es uno de los principales, y se ubica frente a playas como la Condesa y Hornitos, en la zona del Acapulco Dorado, aunque puede contemplarse de cualquier punto de la bahía. 

Esta singular formación rocosa que no se rinde ante los embates eternos de las olas, ha sido testigo del nacimiento y desarrollo del puerto de Acapulco, destacando el comercio marítimo y la evolución del turismo nacional e internacional.

Al acudir a este paraíso turístico, los paseantes no deben dejar de tomar fotos de una hermosa postal que representa el azulado mar acapulqueño, con una bahía de ensueño y, en medio de ella, el Farallón del Obispo, mejor conocido como “El Morro”.

Sin duda un lugar emblemático de Acapulco y en tu próxima visita es uno de los puntos de interés que no puedes dejar de visitar.